Se apretó fuertemente contra el cuerpo de
su casi desconocido amante, sintiendo el sexo henchido de él contra el suyo. Se
refregaba bien por que sabía que lo estaba poniendo al límite y eso era lo que
ella quería.
-
Vamos más allá. -Jadeaba él. -La cámara de
seguridad nos está grabando.
-
No
importa, ven, házmelo.
La pasión los arrebató y siguieron a sus
instintos.
El vigilante, giró el asiento, y miró sin
ver las otras pantallas que controlaba. Una lágrima de rabia e impotencia
resbalaba por su mejilla.
Ya había pasado por esto muchas otras
veces. Tocó su arma reglamentaria. Aunque ya hiciera tanto tiempo que su ex –
novia y el lo habían dejado, aún hay cosas que siguen doliendo.
- Cualquier día salgo de aquí y la mato.