Él no me gustaba, aunque yo sabía que estaba por mí. Un día volvíamos en su coche,
escuchábamos música.
De repente me sentí a gusto. Me di cuenta
que la vida se podría parar indefinidamente en ese instante en un bucle
infinito. Me sentí, como en mi hogar, descubrí que podría pasar el
resto de mi vida junto a él.
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