viernes, 25 de noviembre de 2011

EL VIEJO AMOR


¿Cuántos años que no le veía?  Físicamente, apenas habíamos cambiado.

-          ¡Hola! ¿qué tal?

-          Bien, muy bien.

     Cuan importantes fuimos el uno para el otro, hacía ya tanto tiempo.

     No quedaba ya ni siquiera el resentimiento, ni las mariposas del estómago, ellas fueron volando al cielo, el resentimiento se deslizó calle abajo con la lluvia.

-          Adiós.

-          Adiós.

     Ni siquiera hasta luego.

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