Se había ido a la mili.
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Ya
verás querido, volverás hecho un hombre.
Le había dicho su madre en el andén.
Aunque un par de lágrimas traicionaban sus palabras.
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Un
año pasa pronto decía su padre.
Aunque sabía por experiencia que ese año
nunca pasa.
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Se
buen chico, decía su hermano mayor.
Pues sabía que de nada valía rebelarse.
Pero el año no pasó pronto, aunque fue un
buen chico; y no volvió hecho un hombre.
El año se convirtió en tres años de
tratamiento por que un día los nervios le estallaron, y volvió a casa hecho un zombi por culpa de la medicación.
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